Es posible que os suene el aceite alto oleico pero que no acabéis de reconocerlo o de diferenciarlo con respecto a otros aceites. Sin duda, es menos popular en España que el clásico aceite de oliva o que el aceite de girasol. Este aceite es una modificación de una variedad de semillas de girasol que hace que su composición sea diferente, más rico en ácido oleico monoinsaturado y omega 9. Traduciendo esto al lenguaje del día a día en la cocina, este es un aceite más estable a altas temperaturas, por lo que es más estable a altas temperaturas y, en consecuencia, muy recomendable para realizar frituras.
Este aceite duplica el ácido oleico de un aceite de girasol tradicional, llegando incluso al 80%. Su punto de humeo es mayor, su aporte calórico, menor, y su tipo de grasas, más saludables. Estas son unas características que lo hacen un aceite perfecto para usar no sólo en los hogares, también en hostelería, donde se ha convertido en un habitual de los bares y restaurantes españoles en los últimos años. Una gran ventaja de este aceite es que está sustituyendo a otros no tan saludables.
El sabor y el olor del aceite alto oleico es más neutro, lo que ayuda a que el alimento, una vez frito, conserve su sabor y no se quede con ese gusto de fritura. El aceite de girasol alto oleico se conserva en mejores condiciones durante más tiempo que el aceite de girasol convencional.
El sistema de producción del aceite de girasol alto oleico ha mejorado desde el origen, puesto que años atrás esta variedad daba menos kilos por hectárea que el girasol, y hoy día está más nivelado. Sí es necesario ser más meticuloso en la recogida, el transporte, la molturación y el refinado.
Un aceite para cada uso, conoce el girasol alto oleico para tus frituras.