El aceite de girasol es la segunda variedad más consumida en los hogares españoles, por detrás del aceite de oliva, según los datos del Ministerio de Agricultura. Además, es el más conocido entre los aceites vegetales extraídos de semillas.

Como su propio nombre indica, el aceite de girasol procede de las semillas o granos de la planta del girasol. Se trata de un aceite vegetal de color amarillo pálido y un sabor suave y neutro que lo hace muy indicado para algunas preparaciones en la cocina.

El 2º aceite más consumidor en los hogares españoles

Cada español consume 3,74 litros de aceite de girasol al año, lo que, como avanzábamos, lo convierte en la segunda variedad de aceite más utilizada en nuestro país, por detrás de las diferentes variedades de oliva.

Además, cabe señalar que su consumo viene experimentando un auge en los últimos años, siendo en 2017 un 21,1% superior al año anterior.

Rico en omega-6 y en vitamina E

El aceite de girasol es rico en vitamina E y una importante fuente de ácidos grasos esenciales omega-6 (ácido linoleico). Ambos nutrientes contribuyen al buen funcionamiento del organismo, ya que no los puede sintetizar.

Su alto contenido de omega 6 ayuda a prevenir el colesterol, promover el crecimiento celular, fortalecer el sistema inmunológico, así como a prevenir el envejecimiento. Además, al ser una fuente importante de vitamina E cuenta con propiedades antioxidantes muy beneficiosas, ya que juega un papel determinante e los sistemas inmunológico y metabólico.

Lo ideal es complementar el consumo de aceite de girasol con aceite de oliva (rico en omega-3), con el fin de lograr que ambos aceites vegetales aporten los ácidos grasos esenciales que nuestro organismo necesita para funcionar perfectamente.

Aceite de girasol en la cocina

Su sabor suave convierte al aceite de girasol en un ingrediente fundamental a la hora de preparar algunas salsas y emulsionados, como es el caso de la mayonesa. También es muy utilizado en repostería y postres, aprovechando el sabor neutro que aporta a las preparaciones.

Asimismo, es un aceite que soporta bien las altas temperaturas, por lo que se puede emplear para freír alimentos.

Conservación del aceite de girasol

La vitamina E que contiene el aceite de girasol es muy sensible a la luz y al calor, por lo que, igual que ocurre con el aceite de oliva, el mejor modo de conservarlo es en la despensa o en un lugar al abrigo de la luz directa, para conservar mejor sus propiedades nutricionales.